Woofing Taumarunui + Rotorua y Taupo
WOOFING en
Taumarunui
Finalmente
llegamos a este nuevo woofing. Era un campo de 1000 hectáreas con 4000 ovejas y
unas 150 vacas. Para llegar al lugar tenías que manejar 25 min por un camino de
balastro entre cerros y quedaba a 50 min de cualquier pueblito cercano,
claramente un lugar que no hubiéramos conocido si no era por este woofing.
Cuando
llegamos, teniendo en cuenta la magnitud del campo esperábamos encontrarnos con
estancieros pasados sus 50, pero en vez de eso, la gente con la que habíamos
intercambiado los mails para coordinar la ida para ahí era una pareja joven de
la misma edad que nosotros, Tim y Monique. Ella embarazada, rubia casi como
platinado muy macanuda, y él un flaco medio tímido y serio pero que después
cuando se fue soltando también mostró ser buena gente.
Nos
mostraron donde nos tocaba hospedarnos y era una casa separada con 4 cuartos,
baño cocina, living, todo para nosotros. Bien casa de campo, media antigua y
descuidada pero estaba muy bien. En ese campo las tareas consistieron en cortar
leña con motosierra y hacha que lo hicimos juntos con la enana y la verdad que
la soportó increíblemente bien, a pesar del peso de la motosierra y lo duro que
era el trabajo. Después yo tuve que pasar herbicida en las malezas y a la enana
le tocó limpiar ventanas y ayudar cocinando para una cena que tuvimos bastante
grandecita con unos productores que justo cayeron mientras estábamos a filmar
tomas para un programa que hay acá en
NZ que se encarga de retratar como viven
las familias Neozelandesas en los campos y también muestra datos y consejos
técnicos para los granjeros.
El trabajo
pasando el herbicida fue el más difícil que tuve que hacer hasta ahora, los
cerros y montañas de Nueva Zelanda son espectaculares pero no para tener que recorrerlos de arriba abajo
con una mochila de 15 litros de herbicida en la espalda. 3 horas de trabajo no
parecen nada si lo decís así, pero 3 horas de eso era mortal. Los cerros son súper
empinados, había momento que usabas las dos manos como casi escalando la pared
y el pasto en general esta húmedo por lo que comúnmente me caía pero nunca paso
a mas nada mas allá de algún golpe. Incluso en una de las pasadas me acompañó uno de los perros que había en el campo y hasta el perro quedó liquidado. Y lo sacrificado de este trabajo fue lo que
me llevo a la siguiente anécdota.
Para transportarnos
por el campo podíamos hacer libre uso de los cuatriciclo que tenían ahí, y en
el tercer día de trabajo ya me habían encomendado mi tarea, ir hasta
determinado cerro cerca de la casa en el cuatricilclo y rociarlo. Cuando
hicimos este trabajo la primera vez con Tim, el iba en un cuatriciclo que tenía
un tanque con herbicida y una manguera de unos cuantos metros y yo iba con la
mochila subiendo y bajando el cerro, cuando él veía que yo ya me estaba por
insolar, el agarraba la mochila, hacia 15 minutos y nos íbamos. Entonces como
esta vez me habían mandado solo pensaba hacer lo mismo, entrar con el cuatriciclo
al cerro, y usarlo para recorrerlo y bajarme con la mochila solo en los lugares
que precisara caminar, entonces fui con el cuatriciclo hasta donde estaba este
potrero que era la ladera de un cerro y empecé a buscar la portera para entrar,
vi solo una portera pero para llegar a ella tenía que hacer un camino demasiado
empinado, que lo empecé a hacer y me pareció que era medio peligroso de que el
cuatriciclo volcara, así que di la vuelta y busque por otro lado.
Por ahí vi que al lado del alambrado que partía en nuestra casa y terminaba en la portera quedaban unos 2-3 metros de terreno bastante llano que me daba bien para ir con el cuatriciclo por el costado hasta la portera. Cuando estaba por la mitad del camino siento que alguien me grita en ingles (el texto a continuación fue traducido por la real academia Uruguaya por lo que es una traducción oficial):
Por ahí vi que al lado del alambrado que partía en nuestra casa y terminaba en la portera quedaban unos 2-3 metros de terreno bastante llano que me daba bien para ir con el cuatriciclo por el costado hasta la portera. Cuando estaba por la mitad del camino siento que alguien me grita en ingles (el texto a continuación fue traducido por la real academia Uruguaya por lo que es una traducción oficial):
“Para!
Para! Y por favor Para!” la madre de Tim desesperada agarrándose la cabeza y
con la cara colorada y la vena del cuello saltada por los gritos.
“Estas mal
de la cabeza! Qué carajo te pasa!? No te das cuenta el riesgo que estas
corriendo ¿! No puedo creer, no puedo creer! SI vos tenes un accidente en ese cuatriciclo
podríamos perder el campo, etc.” La mujer estaba totalmente desquiciada. Volví
a sentir que tenía 10 años y me había mandado alguna de las clásicas cagadas de
niño. Le intente explicar que estaba intentando hacerlo de la misma manera que
lo había hecho el día anterior con su hijo, pero me contestó:
“No me
importa un carajo como lo hace mi hijo, vos no podes salir de la ruta principal
con el cuatriciclo, menos subirte a la ladera con él” y un par de cosas más que
no vale la pena repetir. A esta altura yo ya estaba medio cansado de que la
mujer me estuviera gritando cuando yo solo estaba intentando trabajar para ella
copiando lo que habíamos hecho con su hijo, por lo que en la mitad del descargo
de la mujer le dije con mis 12 años de cursos de ingles: “OK” y me di media
vuelta y volví con el cuatriciclo para después ir caminando.
Obviamente
que mi relación con la doña después de eso ya no fue la misma, menos cuando
corté a almorzar después de haber trabajado un par de horas, ella salió a dar
una vuelta y cuando volvió me dijo: “Seguís acá? Imaginaba que hacía rato que
ya ibas a estar trabajando”
La enana
intentaba calmarme y decirme que no diera importancia pero la verdad que
estando de viaje con la mente pensando en disfrutar, trabajando en un lugar
totalmente por voluntad propia y a cambio únicamente de casa y comida no estaba
como para que me estuvieran presionando por trabajo, a lo que cuando volví le
dije a la enana: “listo, ya hice suficientes horas por hoy no voy a laburar
mas, si queres te ayudo a terminar de lavar las ventanas” que era lo que le
había tocado hacer a ella. Cuando la veterana me vio lavando las ventanas con
Fran me dice: “que haces ahí? Yo no te pedí que lavaras las ventanas, tendrías
que estar echando herbicida” Y ahí me superó, le dije que no pensaba laburar
mas por el día de hoy, que estaba ayudando a Fran a terminar para que quedáramos
los dos libres, porque se suponía que eran 3 horas por día y ya íbamos más que
eso.
Discutimos un poco, ella diciéndome que como que íbamos a parar de trabajar si ellos no paraban en todo el día y demás y al final me dice: “bueno sabes qué? Me parece que mañana se deberían ir… no me siento cómoda con gente acá que no quiere trabajar y además yo no voy a estar mañana acá y no quiero que te quedes en mi casa sin hacer nada”
Discutimos un poco, ella diciéndome que como que íbamos a parar de trabajar si ellos no paraban en todo el día y demás y al final me dice: “bueno sabes qué? Me parece que mañana se deberían ir… no me siento cómoda con gente acá que no quiere trabajar y además yo no voy a estar mañana acá y no quiero que te quedes en mi casa sin hacer nada”
Ahí pensé
por 2 segundos, y si nos íbamos en realidad no teníamos donde quedar, teníamos
que salir a buscar un camping en Taumarunui que tiene la misma infraestructura
que Guichón y puse la reversa. Le dije, que no me malinterpretara que no era
que no quería laburar sino que ya había trabajado bastante y que quería
disfrutar de su preciosa casa y campo pero que si precisaba que trabajara un
poco mas lo hacía… y ahí fui cabeza gacha a rociar mas herbicida… que
obviamente con la calentura que tenia camine e hice bien 10 metros y después lo
vacié en una zanja y quedé esperando un rato jugando con el celular a que
pasara el tiempo suficiente para justificar gastar una mochila mas de
herbicida.
Así fue mi
relación con esta mujer en los pocos días que nos quedamos en Taumarunui, no
hubieron más roces porque tampoco ella me mando más trabajo, sino que lo hacía
el hijo y además tuvimos la suerte que el último fin de semana ella no estuvo.
El lugar
era espectacular, grabamos un par de videos en los cuatriciclos tanto de noche
como de día, teníamos el río Whanganui a poco mas de 2- 3 km y unas cascadas
muy buenas, las Ohura falls, producto de otro río, el Ohura River a 5 minutos
caminando desde la casa, y ahí fue la hasta ahora anécdota estrella de nuestro
viaje hasta ese momento.
Una tarde
después del laburo decidimos ir caminando hasta las cataratas, cuando llegamos
a la entrada vimos un cartel que decía, peligro cerrado por reparaciones. Pero
a lo yorugua, ignoramos el cartel y empezamos a hacer el camino. Llegamos a las
cataratas y la verdad quedamos asombrados. Son unas cataratas muy caudalosas
con una caída de unos 5-10 metros y un ancho de capaz unos 25-30m. Estuvimos
mirándola desde la plataforma que había como mirador pero se notaba que estaba
descuidado porque los arboles habían crecido y tapaban gran parte de la vista. Después
salimos de la plataforma y en otro camino a pocos metros de ahí nos encontramos
con una mini cascada que corría de una forma muy particular y prolija por
decirlo de alguna manera, como las cascadas artificiales que se venden en las
ferias donde el chorro está perfectamente definido y hace un recorrido medio
particular… esto era igual, pero totalmente natural. Seguimos un camino
paralelo al de esa mini cascada que terminaba en un barranco y debajo de la
pared del barranco había 2 piscinas
naturales formadas en la piedra a orillas del río Ohura. Empezamos a pensar que
capaz la gente bajaba por la pared y se bañaba en las piscinas pero miramos por
todas partes y no veíamos como bajar porque la pared tenía unos 3 metros de
altura, que terminaba en las piscinas y las piscinas a su vez estaban otros 4-5
metros por arriba del nivel del rio y al costado de la cascada. Básicamente si
bajábamos por la pared pero no lográbamos aterrizar bien en las piscinas o nos
resbalábamos, caíamos al río y a la cascada donde era solo piedras y agua de
una profundidad que no se sabía cual porque la espuma de la cascada tapaba la
superficie del río en esa parte.
Sentado
sobre el borde de la pared empecé a tantear las ramas que había a mí alrededor
a ver si alguna era lo suficientemente firme como para bajar, pero no
encontraba ninguna con demasiado soporte, entonces la miré a la enana y le
dije: “No da no?” y su respuesta fue
“No”.
Entonces
quedé sentado ahí mirando, pero me ganó la intriga, vi que sobre la izquierda
había una rama más grande y me incliné para agarrarla y me empecé a resbalar.
Logré agarrar esa rama pero estaba suelta, y al afirmarme en ella me resbale
mas, y quise agarrar la raíz que tenía al lado y se arrancó con facilidad y
cuando quise acordar estaba completamente acostado boca arriba sobre la pared,
pies colgando sostenido con la mano derecha de un único tallo no más grueso que
el dedo de una mano y totalmente imposibilitado de volver a subir porque si
hacía demasiada fuerza sobre el tallo que me sostenía lo iba a terminar
arrancando y me iba a caer. Cuando me di cuenta de eso le dije a la enana:
“Ayudame”
Ella me
miraba unos 2 metros más arriba y sonreía, divertida con mi situación y como
llegué ahí y me dice: “como queres que te ayude?”
Miro para
abajo y si miraba hacia mi pie derecho apuntaba hacia la caída de 4-5 metros a
las piedras y al agua, si miraba para mi pie izquierdo apuntaba hacia las piscinas,
me imaginé cayéndome al agua, quebrándome alguna pierna por la pelotudez de
simplemente querer bajar a las piscinas y tener una mejor vista de la cascada,
y ahí me asusté. La miro y le digo: “si no me ayudas me caigo al agua, no puedo
subir”.
Según su
versión recién ahí vio mi cara de pánico y se dio cuenta que estaba preocupado
en serio y me dice: “bueno tranquilízate, como queres que te ayude? Movete para
la izquierda”
‘Movete
para la izquierda’ – la calentura que me generó esa frase en ese momento es
difícil de contar, como si yo no me quisiera mover a la izquierda!! Pero estaba
colgando de una ramita que en cualquier momento se partía y más si yo me
empezaba a mover.
Entonces le
dije la frase que obviamente hasta ahora es motivo de risa: “alcanzame una rama
larga!” En su momento fue lo único que se me ocurrió, pero la verdad que si lo
pensas en frio es complicado conseguir una rama de 3 metros, suficientemente
gruesa pero que la enana la pueda cargar hasta ahí y que encima después la
pueda sostener a la rama mas mis 90 kg para que yo escale de vuelta, pero ta…
con el diario del lunes todos somos pelé, en el momento fue lo que me salió.
La enana
atinó a mirar para los costados pero no vio nada con lo que me pudiera ayudar,
y volvió a insistir: “movete para la izquierda!”
Ya viendo
que mi rama larga no iba a llegar y que la mano que se sostenía del tallo se me
estaba acalambrando de sostener mi peso, me moví con los pies y la cadera unos
15 cm para la izquierda mientras sentía como el tallo se empezaba a arrancar.
Sabiendo que en cualquier momento se soltaba, preferí soltarme y que me
agarrara prevenido a que se quebrara. Me solté y pude girarme hacia la
izquierda y caí sobre el borde de una de las piscinas, la caída no fue de más
de 1 metro, pero como contaba antes, las piscinas estaban mojadas y si
patinabas la próxima escala era el agua y las piedras. Resbale un poco pero por
suerte la piedra tenía una rajadura bastante grande de la cual me pude agarrar
y ahí estaba seguro de nuevo.
Las manos
me temblaban entre el miedo y la calentura conmigo mismo de haber hecho algo
tan estúpido por solo querer ver la cascada mejor y bajar a las piscinas.
Entonces miré para arriba y me empecé a dar cuenta de que no iba a tener forma
de escalar de nuevo por ahí. La pared era prácticamente vertical, llena de
musgo, sin nada de que agarrarse y con el agregado de que si te resbalabas
subiendo podías terminar en el agua.
A todo esto
la enana me dice: “Tirame la cámara!” O sea… su novio estuvo a punto de caer en
las cataratas, quebrarse las patas, no veía forma de salir de donde estaba y
ella me pidió la cámara?!?!?!?! Después en su defensa dijo que era para que yo
no tuviera tantas cosas colgando y que me fuera más fácil escalar… pero es
creer o reventar. Guardé los lentes, la cámara, todo en su estuche y estuve a
punto de tirarlo pero había muchas ramas y era obvio que iba a pegar en alguna
e iba a terminar todo en las aguas del río Ohura.
Empezamos a
pensar cómo iba a hacer para salir de ahí pero no se me ocurría muchas más
opciones que tirarme una cuerda por donde escalar. No quedaba mucha luz , unos
40 minutos aprox y la casa quedaba a unos 15 minutos de ahí. Entonces decidimos
que ella iba a ir a buscar la cuerda que usamos para atar el sobre de dormir,
pero que ni sabíamos dónde estaba.
Cuando ella
se fue, empecé a pensar que tenía que buscar otra forma sino iba a agarrarme la
noche ahí, íbamos a terminar pidiéndole al dueño de casa ayuda para que me
sacara, iba a ser tremendo papelón, etc. Entonces vi que si bordeaba una de las
piscinas del otro lado había una pared igual pero con arboles más grandes que
colgaban y por los que podía trepar. Por suerte funcionó, caminé por el borde
de la piscina y pude trepar por el otro lado.
Cuando estaba
terminando de salir siento que la enana había vuelto y estaba mirando para
abajo buscándome, “Amoooor!” “Santiagooo!” Incluso hizo el clásico gesto de la
manito en la boca para direccionar el grito por las dudas de que yo estuviera
ya nadando aguas abajo, pero con una tranquilidad indignante, que también
después se justificó diciendo que estaba tranquila porque pensó que yo estaba
ahí nomas solo que no la escuchaba. En un momento pensé en esperar unos minutos
a ver si se desesperaba después de un rato de ver que yo no aparecía, pero yo
estaba tan chocho de haber podido salir de ahí que no me aguanté y le contesté.
Después me contó que se dio cuenta que el tiempo de luz natural no nos iba a
dar para ir a buscar una cuerda que no sabíamos ni donde estaba y volvía con la
idea de sacarnos la ropa para hacer una cuerda con eso para que yo escalara. La
verdad si funcionaba hubiese sido una salida mucho mas de película y memorable
de lo que fue pero por suerte no tuve que llegar a ese punto.
Obviamente
hasta el día de hoy, cualquier problema
que surge decimos que nos falta una rama larga para solucionarlo e incluso
hasta pensé volver al lugar al día siguiente para sacarle foto a la pared por
la que me caí, pero quedó solo en eso por suerte, una anécdota más.
El resto de
nuestros días ahí consistieron en cuatriciclo, ir hasta el río Whanganui a
pasar la tarde, etc. Pero el último fin de semana quedamos completamente solos,
los dueños de casa también se habían ido, nosotros queríamos recorrer algún
lugar más antes de llegar a Hahei, nuestro próximo destino y la verdad no nos
quedaba mucho más para hacer por ahí, así que en vez de quedarnos la semana
entera hasta el domingo decidimos irnos el sábado.
Taupo y
Rotorua
Entonces
ese sábado 27 de febrero partimos
rumbo a Taupo de mañana después de dejarle una nota totalmente falluta a la
dueña de casa diciendo todo lo agradecidos que estábamos por haber podido
disfrutar de su casa y su familia (todo por precavidos, no fuera cosa que
después ella nos dejara un mal feedback en la página donde se aplica a los
woofing y que más adelante nos resultara más difícil buscar por nuevos
anfitriones).
Llegamos a
Taupo sin mucha idea de donde dormir, si ahí, en Rotorua mas al norte, o en
Tauranga, todavía más al norte, de qué manera dividir las 6 horas de viaje que
nos quedaban. Empezamos a recorrer la ciudad. Por el medio de la isla norte hay
una de las fallas entre placas tectónicas lo que hace que en todo el centro de
la isla haya actividad geotermal. Es una zona bastante inestable pero que no
tiene grandes erupciones ni volcanes en actividad, por lo menos por ahora.
Recorrimos:
1) La rambla de la ciudad- Está muy
buena, es una onda tipo balneario con varios bolichones para comer bien
prolijitos, con costa hacia un lago gigante de agua transparente. Igual,
claramente comimos en las mesas de picnic de la rambla, unas hamburguesas que
nos habíamos traído de la casa de mi amiga la veterana en Taumarunui (de donde
también nos trajimos pan de sándwich, limones, 4 churrascos, etc. etc. Trabajamos
1 semana y nos llevamos comida como para 2). Porque para comer en uno de esos
bolichitos tenes que desembolsar alrededor de 30 -40 dólares por persona.
2) Craters of the moon- un lugar con
craters de diferentes colores debido a los diferentes minerales en la tierra y altas temperaturas, piscinas de barro y demás.
3) Aratiata Power Station- Una represa
que se hizo en una parte del arroyo Aratiatia que es súper torrentoso, lo que
le mató todos los rápidos que tenía el arroyo, pero que abre sus compuertas 2 o
3 veces al día (depende si es verano o invierno). Y que cuando abre las
compuertas es un espectáculo bastante particular porque el arroyo se llena de
golpe con agua súper torrentosa y obviamente de color transparente, azul como
si viniera de una piscina, espectacular. Obviamente, como los kiwis son los
reyes del turismo tenes 2 o 3 miradores a distintas alturas como para ver este
fenómeno.
4) Las Huka falls que es una cascada del mismo arroyo
pero más arriba y el agua corre imponente.
Terminamos todo esto bastante temprano. Hay 2 parques mas de actividad geotermales, con tours, caminatas, lo que quieras, pero salían mucho más caro y la verdad no me quitaban el sueño. Además que la enana ya había ido a uno de ellos y para mi pagar 70 dólares ver 2 craters mas de otros colores no era de mi interés. Entonces empezamos a plantearnos el ir a Rotorua esa misma tarde ya que eran las 16 horas, pero por las dudas fuimos a visitar un camping gratuito que habíamos visto en una aplicación que nos bajamos acá que se llama “CamperMate” que te muestra todos los distintos campings que hay, cuales son gratuitos, baratos o pagos, la nota y recomendaciones de cada uno, etc. (muy buena).
Llegamos al
camping Reids farm y estaba lleno de gente, pero tenía sus motivos, el lugar
era espectacular. Era costero con el río Waikato y en esa zona te podías bañar
tranquilamente. Además que tenía baños, cosa que normalmente no se ve en los
campings gratuitos. Entonces decidimos quedarnos ahí. Buscamos algún lugar,
paramos el auto, armamos la carpa para que no nos robaran el espacio y nos
fuimos a pegar un baño al arroyo. Era un poco tarde ya y estaba fresco pero el
agua era tan espectacular que lo merecía.
Además se formaba una especie de remolino en el agua bastante grande que te mantenía en esa zona. Porque si nadabas más hacia el centro del arroyo la corriente era bastante fuerte y te llevaba “arroyo abajo”. Cenamos los churrascos que nos “regalo” mi amiga de Taumarunui bajo una llovizna que se largo en ese momento y después nos fuimos a dormir. Esa noche dormimos como si estuviéramos en una reposera en vez de una cama porque el único pedazo que encontramos más o menos decente para poner la carpa estaba en caída, así que no fue mi mejor noche de sueño pero igual dio para descansar.
Además se formaba una especie de remolino en el agua bastante grande que te mantenía en esa zona. Porque si nadabas más hacia el centro del arroyo la corriente era bastante fuerte y te llevaba “arroyo abajo”. Cenamos los churrascos que nos “regalo” mi amiga de Taumarunui bajo una llovizna que se largo en ese momento y después nos fuimos a dormir. Esa noche dormimos como si estuviéramos en una reposera en vez de una cama porque el único pedazo que encontramos más o menos decente para poner la carpa estaba en caída, así que no fue mi mejor noche de sueño pero igual dio para descansar.
Al día
siguiente nos levantamos y fuimos por la revancha al arroyo ahora que estaba más
lindo. Había un par de cuerdas que colgaban de un río sobre el arroyo para
tirarse y estuvimos bobeando con eso como hora y media hasta que pensamos que
se nos iba a hacer demasiado tarde para recorrer Rotorua como pretendíamos y
llegar hasta Hahei esa misma noche así que después de un par de tiradas
partimos.
En Rotorúa
hay más de esos parques geotermales, pero con el mismo criterio del día
anterior, recorrimos un poco la ciudad y fuimos a un parque gratuito en el
centro de la ciudad que también tenía unas piscinas con unos colores bastante
bizarros producto de las temperaturas y los minerales de la tierra.
Visitamos un barrio Mauri bastante lindo y recorrimos los goverment gardens, donde comimos escuchando a dos ladrones que con música de fondo hacían como que tocaban la guitarra y cantaban bastante mal pero por lo menos servían de distracción durante el almuerzo. Eso y los Pukekos, unos pájaros azulnegrisos (si existe esa palabra) de patas largas y pico bastante colorado que son muy comunes por acá, que se me acercaban cuando vieron que estaba almorzando lo que había sobrado de los churrascos de la noche anterior y formaban parte del sándwich del almuerzo.
Los goverment gardens están muy lindos también y dan hacia una bahía de agua color celeste medio lechoso también por los minerales que tiene de azufre si mal no recuerdo.
Visitamos un barrio Mauri bastante lindo y recorrimos los goverment gardens, donde comimos escuchando a dos ladrones que con música de fondo hacían como que tocaban la guitarra y cantaban bastante mal pero por lo menos servían de distracción durante el almuerzo. Eso y los Pukekos, unos pájaros azulnegrisos (si existe esa palabra) de patas largas y pico bastante colorado que son muy comunes por acá, que se me acercaban cuando vieron que estaba almorzando lo que había sobrado de los churrascos de la noche anterior y formaban parte del sándwich del almuerzo.
Los goverment gardens están muy lindos también y dan hacia una bahía de agua color celeste medio lechoso también por los minerales que tiene de azufre si mal no recuerdo.
Después de
recorrer eso partimos para Hahei ya que nos quedaban como 3 horas de viaje y no
queríamos llegar más allá de las 7 de la noche. Claramente no llegamos para las
7, sino más sobre las 20.30.
No comments:
Post a Comment