Thursday, May 5, 2016

5) Ultimo paseo por la isla sur antes de ir a la isla norte

Ultimo paseo por la isla sur antes de ir a la isla norte -Christchurch, Temuka y Picton

Viernes 19- Llego el día para partir, el día anterior habíamos tenido una linda cena con los dueños de casa donde nos regalaron chocolates y nos agradecieron por el laburo. Por nuestra parte, la enana les regaló un cuadrito que había estado haciendo del rio Motueka que la verdad le había quedado muy bueno. También aprovechamos esa última tarde noche para hacer una recorrida por los árboles frutales de esa casa y nos llevamos una mochila llena de frutas (manzanas, limones, ciruelas y una fruta que era una mezcla entre manzana y pera que acá le llaman pera nash).
La idea era arrancar temprano, porque el viaje hasta christchurch eran como 6 horas, había que estar ahí a las 19 para llegar con tiempo a ver el Cirque du Solei y además queríamos ir parando en el camino donde viéramos cosas que valieran la pena. La verdad fue totalmente distinta, dormimos como hasta las 9 de la mañana y a pesar de que andamos con lo mínimo y todo lo nuestro entra en un auto de 2 puertas, incluyendo 1 colchón de dos plazas, es increíble el tiempo que lleva organizar, juntar y guardar todo en el auto, así que terminamos saliendo como a las 11 am.
 El camino estuvo lindo pero tampoco había demasiados lugares que merecieran una parada, caían pingüinos de punta en la primer mitad del viaje por lo que se veía muy poco y después los paisajes estaban buenos, pero son los que NZ ya nos tiene acostumbrados, incluso comimos en el auto para llegar con el mayor tiempo posible.





En Christchurch vimos el show, que la verdad estuvo muy bueno, yo nunca había ido a una obra del Cirque du Solei, y lo que hacen la verdad vale la pena la entrada. Lo vimos con Mariana Rosas, Mati Campelo y Emilio, amigos de facultad de la enana con los que ya habíamos coordinado para ir.
 Esa misma noche, después de cenar en Mc Donalds con Emilio seguimos viaje hacia Temuka. Habíamos quedado en pasar por el tambo donde la enana había estado trabajando sus primeros 7 meses en NZ y donde se hizo de varios amigos. Dormirnos ahí esa noche, al otro día estuvimos con ellos, nos fuimos hasta un tajamar, anduvimos en kayak, de noche hubo toque de “Banrock” la bandita que ellos mismos armaron ahí y a dormir, que al otro día de madrugada teníamos que salir para Picton.

PICTON y el cruce en barco a WELLINGTON.

Picton queda en el extremo norte de la isla sur y es de donde salen los buques para cruzar a la isla Norte que desembarcan en Wellington. Desde donde estábamos hasta dicha ciudad teníamos otras 6 horas de auto y debíamos llegar a las 13 para poder entrar en el barco. Como el auto en el que andamos tiene 160 mil kilómetros y el pasaje en el barco no era demasiado barato, no quisimos arriesgarnos con los tiempos y salimos temprano, a eso de las 5.30 am ya estábamos en la ruta.
Gran Parte de la ruta ya la conocíamos porque es la ruta que va por la costa este de la isla sur y era la misma que habíamos recorrido en nuestra ida a Kaikoura. Pero tuvimos la suerte que pasando por Kaikoura vimos lo que parecía un delfín en el agua y paramos. No era un delfín sino que todo un cardumen (no se si se dice cardumen de delfines, manada o grupo pero me sonó mas cardumen), así que pudimos sacarles varias fotos e incluso parecía como si nos estuvieran haciendo un show para nosotros porque no paraban de saltar y mostrarse.


La ruta siempre está perfecta, bien señalizada y si encontras un pozo es porque te caíste en la banquina porque en la ruta no hay. Y esta ruta en particular está muy buena para hacerla porque tiene un buen tramo sobre la costa que de un lado tenes la montaña y del otro el mar y cuando se separa de la costa pasa por varios cerros y viñedos que también están muy buenos.
Llegamos con tiempo de sobra a Picton, así que nos sentamos a comer los sándwiches que nos habíamos hecho y esperamos que se hiciera la hora para cruzar en el barco. Cruzamos con interislander, la otra compañía que cruza se llama Blue Bridge, pero esta era apenas más barata y es la más conocida por lo que nos decidimos por esta. Después nos enteramos que además hay muchas formas de conseguir descuentos, como hacerse  un usuario de la revista arrival que no tiene costo y te da un 25% de descuento con estos barcos, pero ya teníamos el pasaje para cuando supimos de esto.
El barco es un buquebus pero 3 o 4 veces más grande, pero un buquebus en fin. Los mejores lugares son en el primer piso adelante, porque tenés toda la vista del frente del buque como si estuvieras en un cine. Claramente no sabíamos de esto, y cual turistas que somos salimos a recorrer el buque y para cuando elegimos un asiento fue más en función de lo que había y no tanto lo que elegimos.  Dura unas 3 horas y las vistas del cruce están muy buenas hasta que el barco sale de los fiordos, después es puro mar y es donde aprovechamos a dormir.





Llegados a Wellington fuimos derecho hacia el hostel, que no nos costó mucho encontrar porque se llama Zebra backpackers y es un edificio de unos 6-8 pisos pintado como una cebra. El hostel en sí bastante medio pelo pero está súper bien ubicado por lo que nos vino bien para salir a recorrer la capital kiwi, (si para el que está leyendo y no sabe, Wellington es la capital, no Auckland ni Christchurch, aunque Auckland es la ciudad más poblada por lejos y a donde llegan la mayor cantidad de vuelos internacionales, por eso capaz les suena mas).
Cuando salimos a caminar pasó de esas cosas donde tiras la frase tan trillada por todos “que chiquito que es el mundo”. Estábamos caminando por el centro de Wellington, ciudad donde solo íbamos a pasar esa noche y al otro día seguíamos rumbo a Taumarunui donde teníamos el siguiente woofing acordado, cuando en una esquina nos cruzamos con una pareja. Por el rabillo del ojo vi que mientras venían hacia nosotros nos miraban, entonces miré pero no me pareció nada raro y seguí esperando que el semáforo nos dejara pasar. Entonces miré de nuevo y ella nos seguía mirando, y cuando presto más atención me cae la ficha. Era Lucila Arboleya, una chica de Paysandú, cuyos padres son amigos de los míos, su hermano era compañero de liceo de mi hermana y todos fuimos al mismo colegio. Encontrarte con un uruguayo en Nueva Zelanda ya no es tan raro por la cantidad que vienen a hacer esto mismo que nosotros, pero que sea de Paysandú ya es una coincidencia importante, ahora que encima sea conocido y te lo cruces en una esquina en Wellington como quien se lo cruza por la rambla de Montevideo merece la frase: “que chiquito que es el mundo”.  Después de charlar un rato, enterarme que ella además estaba solo por 2 semanas porque se casaba su cuñada kiwi y demás, seguimos recorriendo.
El puertito de Wellington está muy prolijo, y lo increíble es que a pesar de ser un puerto industrial el agua acá también es transparente y no encontráis un solo papel tirado en todo el puerto. Caminamos por ahí y comimos en un restaurant de cangrejo (Crab Shack) en el puerto que estaba muy prolijo y donde no te robaban demasiado con el precio de la comida. Porque acá la otra cosa cara además del alojamiento es comer afuera. En cualquier restaurant medio pelo gastas unos 700-800 pesos por persona, por lo que en general son contadas las veces que salimos a comer afuera y la mayoría de las veces nos cocinamos. Hicimos toda una caminata por el centro de Wellington que recomienda la Lonely Planet y volvimos a dormir.




Al día siguiente arrancamos temprano, porque habíamos estacionado el auto en la calle y a partir de las 8 am el estacionamiento en la calle en el centro es pago y no podes estar más de 60 minutos, por lo que temprano partimos. Subimos al cerro que está al costado de Wellington y tiene muy buenas vistas, visitamos los edificios de la casa de gobierno, la playa y fuimos hasta Nueva Zelandia, una reserva natural que están armando al costado de la ciudad pero que te cobran 35 dólares la entrada y no ves mucho más que lo que ves en cualquiera de los miles de bosques y caminos gratis que tiene Nueva Zelanda por lo que no entramos. 





Arrancamos nuevamente la ruta hacia Taumarunui con la meta de encontrar algún lugar lindo donde parar, pero la parte linda de esa ruta es al principio, después es campo plano sin mucho relieve y buscamos varias veces donde parar y después de un par de intentos fallidos, de entrar a una playa que no tenía ni un árbol de sombra y hacían 35 grados por lo que no tentaba demasiado almorzar al sol, terminamos parando en uno de los miradores más lindo de todo el viaje. Era un banco en frente a un baño químico…. Si, de todos los miles de lugares que podíamos haber parado, el hambre nos ganó ahí y terminamos comiendo con esa tremenda vista.
 Después con la ruta pasamos por Whitianga, la única hasta ahora ciudad fea que le conozco a NZ. Es lo más parecido a Artigas o el Chuy, sin ofender a nadie… De casualidad vimos un cartel que mencionaba unas cascadas en el camino, las Rukawa falls y nos bajamos a ver, sin demasiadas ilusiones porque los kiwi es cierto que tienen paisajes increíbles pero como digo siempre son los dueños del marketing y a todo hilo de agua, sendero, etc., le hacen carteles, propaganda, avisos en la radio etc. Pero en este caso la cascada estaba barbará, y se veía muy bien desde el mirador que paramos. Capaz si hubiéramos tenido más tiempo merecía la pena bajar hasta la cascada y verla de cerca pero no queríamos llegar demasiado tarde al woofing al que íbamos que por la hora que era no íbamos a llegar antes de las 20 hs que si miras la tabla de conversión a horario uruguayo para ellos es como las 23 hs nuestra.

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