Despedida de Hahei y road trip al sur
Los últimos días en Hahei fueron un poco mas de lo mismo, trabajar varias horas, juntadas con el grupete que habíamos armado allá y algún paseo o escapada a la playa en los días libres. En esos paseos hicimos una escapada a Auckland (en donde "cambió" lo que nos queda por delante del viaje), y un paseo a unas antiguas minas de oro.
Paseo en Auckland y extensión de la visa
Como contaba recién, la escapada a Auckland nos cambió lo que queda del viaje pura y sencillamente porque fue cuando nos notificaron de la decisión de si aprobaban o no la extensión de la visa de la enana. Fuimos hasta esa ciudad de visita un fin de semana para hacer un paseo diferente, para que yo la conociera y para levantar una guitarra de segunda mano que me había comprado por internet, ya que desde que había llegado solo había pasado 2 horas en su aeropuerto el día de mi llegada pero nada mas. Entonces organizamos el paseo para el fin de semana en que Ella (la novia de Jim) planeaba festejar su cumpleaños en la casa de Hahei. No nos tentaba demasiado la idea de compartir un fin de semana con 20 veteranas borrachas que ademas probablemente nos tocara compartir el cuarto con ellas. Cuando Jim y Ella se enteraron que queríamos ir a Auckland, nos sugirieron un par de lugares para visitar y al final Ella nos ofreció su casa para alojarnos esa única noche que pensábamos pasar en Auckland. Coordinamos los días libres entre la empaquetadora y el bar y marchamos rumbo a Auckland en la tarde de un viernes.
Pasamos primero a levantar la guitarra que nos quedaba en la entrada de la ciudad. La pagué y poco después me di cuenta que le faltaba una piecita, seguramente fácil de reponer pero que el vendedor no había detallado nada en internet, por lo que volví y negociando con el vendedor me llevé la guitarra a mitad de precio.
Llegamos a lo de Ella, arreglamos donde íbamos a dormir ya que ella se estaba por ir a Hahei y nos fuimos de caminata al Mount Eden. Es un cerro que queda en un barrio alejado del centro de Auckland desde donde se tiene una linda vista de la ciudad, Era un antiguo volcan que tiene el crater bien marcado en el medio pero ya tapado por pasto.
Después de eso volvimos a lo de Ella, dejamos el auto, agarramos la guitarra para partir rumbo al centro en busca de esa pieza y en eso nos sonó el celular, era migraciones. La enana atendió y empezamos una charla que duró unos 15 minutos. La mujer de migraciones nos estaba haciendo notar que estaban procesando la aplicación de Fran y que únicamente había enviado 9 de los 12 recibos de sueldo que ellos requieren, Incluso nos aclaró que en realidad no son 12 recibos de sueldo sino que son 3 meses de trabajo realizado (el tema es que como acá cobramos por semana, por eso la gente lo maneja en recibos de sueldo y no en dias trabajados) y ella iba solo 2 meses y medio y que a pesar que les habíamos mandado una carta de parte de nuestro empleador que aseguraba que nos iba a emplear hasta el final de la temporada, ellos no se podían basar en un hecho futuro sino que debían basarse en lo trabajado hasta el momento. Nos dijo que los 200 dolares que pagamos por el costo del tramite no los íbamos a recuperar y que si queríamos podíamos aplicar cuando ella hubiera ya trabajado los 3 meses (pagando otra vez el mismo monto). Después de hablar 15 minutos con ella e intentar persuadirla nos dijo que no era que la decisión estaba tomada pero que veía que no cumplíamos con los requisitos, que nos iba a mandar un mail explicándonos todo esto y nos daba 5 días para demostrar que Fran había trabajado esos 3 meses sino seguramente la declinaran.
Cortamos el teléfono un poco bajoneados por la realidad de que no teníamos esos documentos de prueba, la plata que íbamos a perder y las pocas chances de conseguir la extensión ya que aunque Fran laburara hasta el último día de su visa no completaba los 3 meses sino que serían 2 meses y 20 días aprox.
Caminamos rumbo al centro y por suerte a las 2 cuadras encontramos un local de reparación de guitarras que por unos pocos dolares nos puso la pieza que faltaba y seguimos hacia el centro de la ciudad. En la mitad de la caminata, la enana siente el celular pero no logra atender, miramos el número y era migraciones que había dejado 2 llamadas perdidas. La enana se preocupo de no haber podido atender pero yo le dije que seguramente era solo para decirle que nos habían mandado el mail asi que se fijó en la casilla de correo pero no había nada. Seguimos caminando y se fijo de nuevo y en este caso había 2 mails, uno enviado de forma automática, y otro que decía algo asi:
Querida Francesca,
Hemos procesado su aplicación y hemos decidido hacer una EXCEPCION a los protocolos exigidos por migraciones por lo que hemos decidido otorgarle la extensión de su visa por 3 meses mas, hasta el día 12 de Setiembre de 2016...
y algo mas decía pero nada que le hayamos dado importancia después de leer eso...
La verdad que hasta el día de hoy no entendemos si la llamada que nos hicieron fue una broma, si una mujer con pocos amigos vio nuestra aplicación primero y después la proceso otra, si era bipolar o si le dimos lastima pero la cuestión fue que teníamos la extensión.
Compramos algunos tragos para festejar en la primer tienda que cruzamos y nos fuimos a cenar al puerto a un lindo restaurant ya que nos acababamos de salvar de perder 200 dolares.
Al día siguiente partimos de mañana a recorrer los otros lugares que nos habían recomendado, uno era unas cataratas que se llaman las fairy falls y lo otro era un par de playas: Piha beach y Bethels beach, ambas al oeste de Auckland, o sea en la costa del Mar de Tasmania.
Las cataratas estuvieron lindas pero nos ensopamos porque no paro de llover en casi toda la caminata por el bosque. Y finalmente fuimos solo a Piha beach que vale la pena visitarla, tiene una buena vista desde un acantilado antes de llegar a ella, y despues la playa es bastante linda. Lo que si es que aparentemente no es una playa demasiado segura, ya que te advierten de olas gigantes, de acantilados inestables, corrientes marinas, etc. A Bethel's beach no fuimos porque se nos hacía demasiado tarde para pegar la vuelta y quedaba como a 1 hora de donde estábamos y en sentido contrario a Hahei.
El otro paseo que mencioné al principio, fue a Karangahake Gorge, unas minas de oro en las montañas cuya vista la verdad esta muy buena ya que la mitad de la caminata la haces a costados de un río y sobre puentes flotantes y la otra mitad por dentro de las minas y a la luz de la linterna que hayas llevado porque no están iluminadas y son completamente obscuras por dentro. Este paseo fue un par de fines de semana después del paseo de Auckland, y lo hicimos con el grupete de amigos Argentinos. Este lugar quedaba aprox. a 1,5 horas desde Hahei, hacia el Sur.
Despedida de Hahei
La partida de Hahei terminó siendo como la llegada, todo medio abrupto sin demasiada planificación. En realidad todo este viaje carece un poco de planificación, todo es tan cambiante y tan informal que no te permite planificar en detalle lo que querés hacer. En este tipo de trabajos temporales te aceptan si estas en persona en el lugar, y salen en el momento, sino normalmente te dicen que no. Lo mismo con los woofing (trabajos a cambio de alojamiento), los lugares de alquiler, básicamente todas estas cosas, con algunas contadas excepciones.
Si a esto le sumamos que en realidad la empaquetadora en la que estábamos era particularmente desorganizada, resultó que fuimos a nuestro ultimo día de trabajo sin saber que era nuestro ultimo día. Era sábado 28 de Mayo y trabajamos normalmente con la idea de que el trabajo terminaba el 6 de junio que era lo que nos habían dicho. Pero ya esa semana habíamos trabajado relativamente poco en comparación con lo que veniamos haciendo y empezó a llover fuerte ese día, y el pronóstico no era nada alentador, mostraba lluvias para los siguientes 3 o 4 días por lo menos. La lluvia hace que el kiwi no se pueda cosechar ya que si se cosecha mojado se pudre al almacenarlo por lo que si no se cosecha tampoco se empaqueta y por ende no hay trabajo. Entonces al ver que quedaba tan poco trabajo, que teníamos los costos de comida y alojamiento y que no teníamos mucho mas por hacer ahí nos empezamos a preparar para irnos.
Primero empezamos por reparar el auto, ya que durante el viaje que nos deparaba en las siguientes 2 semanas pensaba hacer algunas visitas a plantas industriales en forma representativa de una Trader que estamos intentando abrir en Uruguay para productos lácteos y no podía caer a las visitas con un auto todo abollado y despintado. Lo otro fue pintarlo y ya que lo ibamos a pintar decidimos ponerle el logo de la compañía que casualmente es una tortuga Maorí asi que no nos iba a complicar después a la hora de venderlo ya que es algo con temática local. Compramos unos aerosoles baratos, con la idea de pintarlo gris y negro la parte que estaba feo ( ya que son los colores del logo) pero el gris que compré resultó ser un plateado bastante chillon que hizo que el auto se viera bastante mas llamativo de lo que esperábamos pero bueno, por lo menos cubría las partes mas feas.
Primero empezamos por reparar el auto, ya que durante el viaje que nos deparaba en las siguientes 2 semanas pensaba hacer algunas visitas a plantas industriales en forma representativa de una Trader que estamos intentando abrir en Uruguay para productos lácteos y no podía caer a las visitas con un auto todo abollado y despintado. Lo otro fue pintarlo y ya que lo ibamos a pintar decidimos ponerle el logo de la compañía que casualmente es una tortuga Maorí asi que no nos iba a complicar después a la hora de venderlo ya que es algo con temática local. Compramos unos aerosoles baratos, con la idea de pintarlo gris y negro la parte que estaba feo ( ya que son los colores del logo) pero el gris que compré resultó ser un plateado bastante chillon que hizo que el auto se viera bastante mas llamativo de lo que esperábamos pero bueno, por lo menos cubría las partes mas feas.
Una vez pintado y arreglado el auto empezamos con las despedidas, visitamos el bar por ultima vez y terminamos al final de la noche en una ronda con los dueños, una compañera de trabajo de la enana con su novio y una pareja de recién casados que justo estaban acá de luna de miel, charlando de cualquier cosa y tomando cerveza gratis que nos invitaron los dueños. También nos regalaron un voucher para hacer un paseo en kayak antes de irnos. Nosotros les habíamos preparado alfajores de maicena y la enana les había pintado un cuadro de Cathedral Cove ( la principal atracción local) con una dedicatoria.
Hicimos el paseo en Kayak el único día que el tiempo nos lo permitió, igualmente llovía de ratos y estaba ventoso pero estuvo bueno. El lugar ya lo conocíamos pero el guía nos fue contando las leyendas maoríes de cada lugar y visto desde el kayak siempre es diferente. Ademas a la vuelta tuvimos la compañía de un par de pescados que nos empezaron a golpear el bote y el guía por su parte nos hizo armar una vela para volver con la ayuda del viento por lo que casi no remamos.
Y despedidos de todas las familias y personas que conocimos en el lugar, nos despedimos de Hahei y arrancamos las vacaciones.
Comienzo del "roadtrip" hasta Cape Reinga.
El primero de junio, después de hacer magia para que todo quepa en el autito de dos puertas empezamos nuestro viaje, con Auckland como el primer destino. Ahí tenía la primer reunión relacionada con la trader que mencioné, y también hora en el dentista para hacer un chequeo. Por suerte todo anduvo bien, y al terminar con las visitas y comer un kebab (comida rapida turca, basicamente un wrap) partimos para un campamento (ya saliendo de Auckland) llamado Port Albert para pasar la primer noche. Como mencioné antes, el alojamiento es de las cosas mas caras en Nueva Zelanda por lo que intentamos (siempre que el clima y los lugares nos permitieron) acampar y de lo posible en lugares gratuitos (como era este caso) ya que acá hasta los lugares de camping están reglamentados y no podes parar a acampar en cualquier lado porque te pueden multar fácilmente.
A la mañana siguiente el viaje siguió hacia la península mas norte de Nueva Zelanda (Cape Reinga), haciendo el recorrido sobre la costa este.
La primer parada fueron las Waipu caves. Unas cuevas que estpan ubicadas en la mitad de un campo, con un recorrido subterráneo de 2 km que no son de lo mas publicitado en la zona pero la verdad que están espectaculares. Al llegar al lugar y bajarnos del auto dos gallos se intentaron sumar al viaje.
Por dentro de las cuevas corre un hilo de agua, como un pequeño arroyo y tiene piedras gigantes que fuimos trepando para avanzar a la par del arroyo hasta donde pudimos llegar. En algunos puntos las cuevas tenían varios metros de largo y estaban cubiertas en el techo por glowworms, unas mini-lombrices fluorescentes que al estar 100% oscuros dentro de la cueva se ven como un cielo estrellado. También hicimos una caminata por fuera de las cuevas y por encima de ellas, Había unas piedras gigantes que parecían cortadas a cuchillo y agujeros en el piso que seguramente terminaban dentro de las cuevas que realmente impresionaban. Estaba bastante húmedo al punto que una de las bajadas la enana no calculó bien la derrapada y terminó de traste en el barro.
El viaje siguió y pasamos por Whangarei pero seguimos de largo ya que la enana lo conocía y teníamos los días contados porque para el 5 de Junio debíamos estar en Hamilton para levantar un snowboard que compramos para ella, ya que el vendedor se iba de viaje el 6 y sino lo ibamos a perder. A esta altura era Jueves 2 de Junio y todavía nos quedaban mas de 900 km por recorrer y varios lugares por visitar. A esto, hay que sumarle que en esta época los días son muy cortos y para las 5 de la tarde el sol ya se está yendo por lo que hace todavía mas escueto el tiempo de recorrida.
Pasamos por un par de playas que no tenemos demasiado claro el nombre porque fuimos parando donde nos gustaba pero era por la zona de Tutukaka al norte de Whangarei. Las playas espectaculares, olas, morros a los costados, agua turquesa y en una hasta encontramos estrellas de mar! Encima vimos 2 por falta de 1. Así seguimos la recorrida, guiados por la lonely planet y parando donde nos llamaba la atención y llegamos hasta Paihia. Era bastante tarde de noche y estaba frío por lo que buscamos algun lugar donde dormir que no fuera la carpa pero las alternativas que vimos eran bastante feas y decidimos que entre gastar 70 dolares por dormir en un hostel desprolijo preferíamos acampar. Por lo que terminamos durmiendo en un camping a la orilla de las Haruru Falls.
A la mañana siguiente hicimos kerikeri y la península de karikari (si, no las escribí mal, se llaman así). Dos lugares muy lindos, con barrios super prolijos, puertitos y unas vistas espectaculares. Al bajar el sol seguimos rumbo al norte hacia Cape Reinga y paramos a acampar en un campin gratuito muy cerca del siguiente destino, lo cual era muy positivo, asi a la mañana siguiente nos levantabamos temprano y ya estabamos casi al lado del Cabo más norte. El lugar del camping estaba espectacular, al lado de la playa y del campo, el camino que te llevaba terminaba en el y era lo único que había alrededor asique un paisaje y una zona muy linda. Y como suele pasar en Nueva Zelanda, país que tiene pocas grandes ciudades y mucho campo, si la noche está despejada el cielo se ve cubierto de estrellas.
Al amanecer siguiente partimos para Cape Reinga para aprovechar el día. El lugar esta espectacular, varios acantilados, un faro que marca el punto mas norte del país y desde donde se ve la conjunción del océano pacífico con el mar de Tasmania, y se ven unas corrientes y olas bastante inusuales en el medio del mar. En todo el recorrido fuimos grabando tomas de los distintos lugares para regalarles videos a Marti y Adriana que cumplen el 16 y 18 de junio respectivamente.
El próximo destino era un bosque de árboles Kauri, una especie muy antigua y tradicional del país, muy usada por su madera, recina para construcción, fabricación de barnices, etc. En el bosque está el Kauri mas grande y antiguo de Nueva Zelanda. Los están protegiendo de una enfermedad causada por un hongo y entonces en cada una de las caminatas que los rodean te piden que te laves las botas para empezar la recorrida. Rumbo al bosque vimos un cartel que decía 90 miles beach y despues lo buscamos en internet, donde aparentemente es la playa mas larga del país. Entramos a verla y la verdad que no fue nada del otro mundo, o por lo menos no la pudimos apreciar ya que estaba ventoso, el mar super picado y hacía frío. Encima es imposible saber si es verdad lo de las 90 millas de playa ya que es muy dificil ver mas allá de un par de kilómetros sobre la costa. Llegamos sobre la tardecita noche y pudimos ver el bosque con los ultimos vestigios de luz natural que nos quedaban, y dentro de él, el famoso Tane Mahuta, "the Giant Kauri" o "the god of the forest". El tronco tiene una altura de casi 52 metros y unos 13 metros de perímetro, increíble.
Nos alcanzó la noche y decidimos adelantarnos lo mas posible de manera de estar lo mas cerca de Hamilton al día siguiente para levantar el equipo de la enana. Así que manejamos hasta una zona de camping a unos 60 km de Hamilton y pasamos ahí la noche. A la mañana siguiente pasamos a levantar el equipo, para sopresa nuestra el equipo estaba 0km. Nunca había sido usado antes, al punto de que tuvimos que armarlo para poder usarlo, una compra que nos salió impecable incluyendo la tabla, botas, guantes, y lentes por menos plata de lo que nos hubiera salido alquilar únicamente las tablas por la temporada. Con el snowboard ya en el auto fuimos a visitar los Hamilton gardens. Unos jardines muy prolijos que se hicieron en los ultimos 10 años sobre lo que era un antiguo basural y la verdad quedaron bastante buenos. El jardín tenía distintas secciones, y cada seccion tenia un estilo distinto, Indio, Japones, Inglés, Italiano, una parte más historica con demostraciones maories, una parte de huerta.
Despues de eso almorzamos en el centro y lo recorrimos un poco ya aprovechando para buscar un lugar donde hospedarnos. Con los campings se ahorra mucha plata pero también se pasa bastante frio en esta época del año y la gran mayoría no tienen duchas calientes. Por lo menos no en los que nos quedabamos nosotros que eran gratuitos, asi que una cama y una buena ducha despues de un par de días venía bien. Terminamos consiguiendo uno bastante en precio que no aparece en las páginas web pero está bastante céntrico y lo más comico de todo es que el administrador del hostel es un gurí uruguayo que allí vive con su novia (también uruguaya). Ellos se vinieron a Nueva Zelanda hace unos meses y sus planes eran conseguir buenos trabajos y quedarse, asique cuando nos pusimos a charlar, no conocían muchos lugares porque no habían viajado mucho aún. Estaban muy focalizados en conseguir trabajo y un lugar donde estabilizarse.
Al día siguiente el itinerario era pasar por una de las plantas de lácteos para tener otra de las reuniones por la trader y dirigirnos para el Mount Manganui pero resultó que era el cumpleaños de la reina, feriado nacional y por tanto la planta no abría. Camino hacia el Mount Manganui leímos sobre unas cataratas que quedaban en el camino que resultaban ser las mas altas de todo el país. Con la fascinación que tengo yo por las cataratas no las pudimos esquivar así que terminamos yendo a las Wairere Falls. El trekking hasta ver las cataratas es de casi dos horas ida y vuelta y habíamos llegado al medio día, por lo que nos quedaba muy poco tiempo para seguir manejando hasta Tauranga y subir al Manganui despues. Viendo este panorama al llegar hasta la vista de las cataratas optamos por seguir la caminata hasta llegar a la cima de las mismas y dejar el cerro para el otro día. Fue una sabia decisión ya que ademas la caminata fue bastante cansadora e iba a ser matador hacer las cataratas y el cerro en un solo día además de que ibamos a estar a las corridas para llegar antes que se fuera el sol.
Desde las Wairere Falls fuimos hasta Tauranga, la ciudad a los pies del Manganui y buscamos donde alojarnos. La opción que mas nos tentó fue una zona de camping de bajo costo (ya que no había ninguno gratuito cerca) que tenía buenas instalaciones, duchas, cocina, etc. Llegamos ahí alrededor de las 7 de la tarde (ya plena noche) para encontrarnos con el cartel de "NO VACANCY" en la puerta. Pero cual yoruguas porfiados vimos que en realidad había lugares donde poner la carpa y poner el auto, entonces tocamos el timbre y tratamos de contactar a los administradores del lugar pero no tuvimos suerte y despues de meditarlo unos minutos la convencí a la enana de quedarnos igual. Si nos veían igualmente teníamos la intención de pagar, y sino automáticamente sería otro camping gratis. Claramente fue la segunda, el camping estaba tapizado de gente y su administración abría recien a las 10 de la mañana del dia siguiente, momento para el cual hacía ya rato que estabamos en la ruta rumbo al cerro. Caminamos hasta la cima del cerro y también en la base por la rambla, un balneario muy prolijo, donde la cultura del surf está tan fomentada que hasta es una materia mas dentro del liceo.
A las 10.30 am ya estabamos en la ruta de nuevo, rumbo ahora hacia la costa mas este del país, el East Cape (así como a mi me gustan las cataratas, a la enana los cabos y penínsulas, asi que no nos podía faltar esta). Resultó ser un lugar bastante pintoresco pero inhóspito, al punto de que los últimos 20 km los hicimos sobre camino de balastro. Y a diferencia del cabo norte donde había carteles por todos lados, caminatas, etc hacia el faro, acá no había nada y para caminar hacia el faro este hay que pasar por terrenos privados. Como ya habíamos tenido suficiente de faros decidimos no hacer la caminata para no perder tiempo y seguir con la luz del día el mayor tiempo posible por la ruta este que está muy buena. Pasa por cerros y se acerca al mar en varios tramos lo que la hace muy entretenida. Situación que se repite en varios puntos de Nueva Zelanda donde la ruta es casi o a veces hasta mas entretenida que el propio destino. Por esto también se nos hizo mas llevadero hacer tantos kilómetros en tan pocos días, algo que en un paisaje como el uruguayo donde son cientos de kilómetros de poca cosa mas que campo se hace mucho mas cuesta arriba. Llegamos hasta un campamento al sur de Gisborne, que también quedaba directamente sobre la playa, estaba un poco expuesto pero ligamos y no hubo demasiado viento. Lo que si, a la mañana siguiente cuando quisimos arrancar el roji nos abandonó por primera vez en lo que va del viaje, la batería estaba muerta. Aparentemente tuvimos demasiado tiempo prendida la lucecita de adentro del auto bajando todo el equipo para acampar y nos comió la batería. Tuvimos la suerte de que justo al lado nuestro estaban las únicas personas en todo el camping, una pareja de kiwis jubilados que estaban paseando por todo el país en una casa rodante del tamaño de un ómnibus (y traían enganchada una camioneta) con los que hicimos puente para arrancar el auto y partimos.
La próxima parada era Napier, un lugar con poco para ver pero era donde nos ibamos a encontrar con los amigos Argentinos que habíamos hecho en Coromandel que estaban todos juntos viviendo ahí. Llegando a Napier vimos un cartel de unas cataratas y por supuesto bajamos a hacer la caminata. La verdad estuvo muy buena, era una caminata por el bosque, el auténtico bosque de cuento de Peter Pan, arroyos perfectos, por entre las piedras, agua transparentes todas las piedras verdes, etc. Y las cataratas no muy famosas pero un lugar nuevo, metido en el medio del campo y muy lindo. El trecking fue cortito y para el medio día ya estabamos en Napier.
Caímos a visitar a estos amigos y almorzamos el clásico plato de mochilero todos juntos, fideos con crema. Nos pusimos al día por un buen rato y a la tarde seguimos viaje, ya que al día siguiente nos tomábamos el Ferry en Wellington. Para esto otra vez, tratamos de dormir lo mas cercano a Wellington posible para al otro día llegar en hora al barco que partía a las 9 am. Terminamos acampando en otro camping gratuito a una hora de Wellington.
A las 6 de las mañana estábamos en pie, desarmamos todo y a las 7 estábamos en la ruta. Todo cerraba perfecto, ibamos a llegar 1 hora antes al barco como te piden normalmente, pero nos olvidamos de algo... el tráfico. No tuvimos en cuenta que ibamos a estar entrando a la capital del país kiwi en plena hora pico. La velocidad promedio en la entrada de Wellington era entre 15 y 20 km/hora sin exagerar y los minutos empezaron a pasar. Se hicieron las 8 y las 8.15 cuando nos empezamos a poner nerviosos. Las 8.25 y seguíamos a varios km del puerto y empezamos a convencernos que no llegábamos, nos empezamos a amargar de ser tan despelotados de perder 230 dolares de pasajes por no calcular el tema del tránsito cuando me suena el celular. Atiendo y era personal del ferry para preguntarme donde estaba que debía haber estado ahí a las 8 y ya eran 8.30. Sin dudar le tiré la clásica respuesta, "esperen que en 5 estamos ahí!". Miramos la ruta y era imposible llegar en 5 minutos, estabamos a 6 km todavía del puerto, y el tráfico no aceleraba mas de 20 km/hr. A esto le tenes que sumar que la entrada de Wellington tiene mil entradas y donde le erras a una tenes que dar 27 vueltas para volver a encontrar la salida. Cuando se liberó un poco el transito aceleramos todo lo que el roji nos permitió, entramos al puerto a 70 en zonas de 20 por lo que todavía estamos cruzando los dedos de no tener ninguna multa por eso. Llegamos a la zona del check in con el auto donde nos recibió un hindú que sin mirarnos llamó por radio y le dijo a los del barco "they are here, can they get in?" (están acá, pueden entrar?). Claramente eramos los unicos que faltabamos y era razonable... ya eran las 8.45am. Enseguida nos mira, sin pedirnos ticket, pasajes, nada y nos dice: "go go go". Me sentí que estaba en Nascar (una carrera de rally), nada mas que en vez de manejando un subaru impressa tirando curvas, estaba manejando al roji que aunque lo pises a fondo no logras mas de 50km/hr en los primeros 100 metros. Entramos rapido al barco y no mas de dos minutos después cerraron la puerta de la bodega atras nuestro y quedó solo nuestro auto entre todos los camiones, fue, junto con la noticia de la extensión de la visa de Fran, de los alivios mas grandes del viaje. Incluso uno de los del personal de bodega nos tuvo que acompañar hasta cubierta porque ya todas las puertas estaban trancadas.
Una vez ya en la isla sur apuntamos la nave hacia la costa oeste rumbo a los glaciares. Pasamos por viñedos inmensos, donde era dificil divisar donde terminaban del tamaño que tenían. Y la siguiente parada fueron los Nelson Lakes.
Cuando llegamos había un veterano alimentando a los patos con pan de molde y nos ofreció un par de rodajas para que nos entretengamos. Nos contó que las había ido a comprar especialmente para darsela a unos pescados que vió que estaban abajo del muelle, pero en vez de comersela los pescados se las estaban devorando los patos. Cuando vimos abajo del muelle había un verdadero cardumen de unas anguilas negras de entre 50 cm y 1 metro de largo bastante desagradables. Estaba bastante feo el tiempo ya que no paraba de lloviznar entonces tuvimos que esperar unos 15 minutos adentro del auto, cargando la GoPro (una camara que puede ser sumergida en el agua, regalo de navidad de la enana hacia mí) para poder filmarlos.
Después intentamos ir al segundo y último lago integrante de los Nelson Lakes, pero tomamos el camino sugerido por el GPS y estaba mal, Nos hizo entrar en unos 15 km de grava y decidimos dar la vuelta. Para ese entonces nos dimos cuenta que no nos quedaba demasiada nafta y la próxima estación estaba bastante lejos así que seguimos sin parar hasta el próximo pueblo. Cuando logramos cargar nafta ya había caído la noche así que seguimos el recorrido hasta Westport, una ciudad portuaria en la West Coast. En mitad de la ruta se largó una tormenta imponente, que incluso con los limpiaparabrisas a todo lo que dan, no era suficiente para desagotar el agua que estaba cayendo. Eso, sumado a la noche, y a que era una ruta desconocida hicieron que nos demoráramos mas de lo esperado y llegamos al pueblo a eso de las 7 de la tarde- noche. Empezamos a buscar alojamiento porque a pesar de que la lluvia había parado era impensado acampar con todo lo que había llovido en esa zona. Pasamos por 2 o 3 hostels del lugar hasta que terminamos en uno que se llamaba Flashpackers. Era una casa antigua, de esas con baranda de madera en las escaleras y techos y habitaciones super amplias. Golpeamos la puerta y nos abrió un flaco, cuando le empezamos a hablar de los precios y demás demoro unos 3 minutos en decirnos que el no era el administrador y no tenía idea de precios, entonces llamó a otro. Este ultimo, un rubio un poco mas despierto, de entrada aclaró que el tampoco era el administrador pero que lo iban a buscar, y empezaron a preguntarse entre personas del hostel si habían visto al administrador en la ultima hora o sabían donde estaba. En eso baja un tercer personaje, un asiático, muy macanudo que ya la tenía mas clara, sabía de los precios y de que camas estaban libres y fue quien nos mostró el lugar. A pesar de los años que tenía la casa, aparentaba bastante limpia, y tenían una cama doble pero era en un cuarto compartido. Lo meditamos un rato, paseamos por los otros hostels y decidimos quedarnos ahí sobre todo por la diferencia de precios que había entre ese y el resto, mas de 500 pesos uruguayos.
A la mañana siguiente cuando nos despertamos terminamos conociendo al administrador y dueño de la casa, un tipo de personaje que se repite ya por estos lados. El típico viejo solitario que hace de su casa un hostel para que se le llene de jóvenes y no sentirse tan solo pero que en realidad no precisan la plata, un caso como el de Jim en Hahei. Estuvimos de charla con el viejo y cuando nos íbamos decidió cobrarnos como un 25% menos porque el no había podido atendernos cuando llegamos, decía que hacía como una semana que el no entraba a ese cuarto a ordenar y por lo tanto no sabía ni en que estado estaba, y tampoco nos habían dado claves para el wifi y esas cosas porque los que nos atendieron básicamente eran otros huéspedes.
Con ese panorama partimos rumbo hacia los glaciares paseando por la west coast. A la salida de westport hay una linda bahía y una colonia de focas pero no pudimos recorrerla porque no paraba de llover a cantaros. Seguimos por esta west coast, una ruta bastante famosa acá en Nueva Zelanda porque va bien contra la costa, es muy sinuosa y recorre los acantilados y las montañas por lo que la hace muy entretenida. Siempre guiados por la lonely planet decidimos parar en algunos puntos, uno de ellos las pancake rocks. Unas formaciones rocosas que realmente tienen como la forma del panqueque americano, uno arriba del otro. Esto se da por una conjunción de cosas, entre ellas sedimentación de restos animales y vegetales, movimientos de las placas y acción del mar principalmente, en un período de varios miles de años. Así seguimos el recorrido hasta llegar a Franz Joseph donde nos alojamos en uno de los hostels mas prolijos hasta el momento. Muy buen precio, unos 60 dolares el cuarto privado con desayuno incluido y una sopa casera que hacen a la noche que estaba muy buena. Era tan prolijo que a la enana le causó un poco de rechazo y decidió tirarles el mate entero en la puerta del hostel para darles un poco de roce.
Acá existen 2 glaciares, el glaciar Fox y el Franz Joseph, ambos a unos 30 km uno del otro. Cerca de cada uno de los glaciares hay pueblitos con el nombre del glaciar correspondiente. El Fox es un poco mas grande, mide unos 13 km de largo cuando el Franz mide unos 12km pero como en teoría Checha ya había visto el Fox (digo en teoría porque después se terminó dando cuenta que no era así y que el que ella había visto fue el Franz) y el administrador del hostel donde decidimos quedarnos nos dijo que el Franz se estaba viendo mejor decidimos ir a ese. Creímos que no valía la pena ver los dos ya que teníamos que llegar a Methven en esos días para que la enana empezara a trabajar en el café porque la temporada de ski ya había arrancado el 10 de junio y el café se empezaba a mover. La caminata al glaciar estuvo muy buena, aparte con todo lo que había llovido en esos últimos días las laderas de las montañas estaban llenas de arroyos y cascadas improvisadas lo que hizo que la vista fuera mas espectacular todavía. En el recorrido te muestran hasta donde llegaba el glaciar originalmente y como se fue retirando como consecuencia del calentamiento global. Actualmente se mueve a una velocidad de entre 50-100 metros por año, con la pena de que además un glaciar no se recupera por mas que hipotéticamente "se arreglara" el daño en la capa de ozono y se disminuyera la contaminación y por ende el calentamiento global ya que un glaciar se da por un proceso de miles de años también. Tentados por la situación de estar en un glaciar grabamos una sátira de Jose María Listorti en el calafate para mandarle a Juanpi y Lupe, amigos de la enana a quienes les encanta este personaje. A los que no lo conocen, es un pavo, cómico que trabajaba con Marcelo Tinelli en la televisión Argentina haciendo bromas y donde en una de esas bromas grababa un comercial del Calafate molestando todo el tiempo a la víctima de esas bromas que solían ser modelos o actrices conocidas. Seguramente lo puedan buscar en youtube (Calafate Jose Maria) y les aparezca.
Después del trecking hasta el glaciar, manejamos hacia el sur, en las cercanía del otro glaciar pero con el motivo de visitar el lago Matheson, o lago espejo. Se trata de un lago de color bastante particular, un marron intenso pero que sin embargo no es turbio como puede serlo el río Uruguay. Aparentemente por lo que estuve leyendo, ese color intenso se da debido a la descomposición de la materia orgánica que nace en el fondo del lago y de lo proveniente del bosque. Este color particular y lo calmo del lago hacen que funcione como un espejo y refleje perfectamente el entorno y los días claros como el que nos tocó a nosotros incluso te permite ver los picos de las montañas mas conocidas (Mount Cook, Mount Tasman, etc) reflejados en el.
Con la visita al lago teníamos el recorrido completo así que solo nos tocaba pasar por Arthur's pass, un cruce entre las montañas muy bueno para finalmente llegar a Methven, el nuevo hogar. Hicimos la vuelta sobre la tardecita a lo que a las montañas, le sumamos el atardecer y se vió espectacular llegando sobre la noche a Methven. En teoría la idea era empezar haciendo woofing en el hostel donde estaba viviendo Emilio, el amigo con el que Checha vino inicialmente a Nueva Zelanda y después si las horas de trabajo eran demasiado exigentes quedarnos ahí pero pagando, pero al final las cosas no resultaron como esperábamos. El veterano que es el administrador del lugar (George), es de las personas mas desorganizadas que conocí en Nueva Zelanda. Y a pesar que hace 2 meses sabemos que venimos para acá y se lo venimos diciendo, cuando llegamos el tipo nos dijo que ya no nos podía tomar, porque le caímos en cualquier día y que el ya tenía la gente que necesitaba y que había estado teniendo entrevistas con gente en Christchurch y que ese miércoles empezaba una trabajadora excelente. Mitad de las cosas que nos dijo son obvias mentiras, primero porque hace 2 meses que le venimos diciendo que llegamos en esta fecha, segundo porque nadie entrevista a gente para tenerla de woofer limpiando baños 2 horas por día y así es con todo lo que este gran amigo George dice. Cuando vimos que no solo no nos iba a tomar de woofers sino que ademas nos estaba echando la culpa por ello decidimos no seguir insistiendo con lo de hacer woofing y directamente le pagamos por un cuarto para quedarnos aunque sea de mientras que conseguíamos otro lugar para vivir. Después de dar mil vueltas y decirnos que nos estaba haciendo un gran favor, nos dijo que si nos alquilaba un cuarto a 250 dolares pero solo por una semana. Algo que no es nada barato en realidad si se tiene en cuenta que si estaba prolijo pero era un cuarto diminuto, sin placares, con cocina y baños compartidos. Además que para la primer noche no tenía ningún cuarto privado disponible por lo que tuvimos que compartir una cama de una plaza en un cuarto con 3 personas más. Lo que si es cierto es que ahora que es temporada alta para este lugar por el ski, estos cuartos privados los cobran entre 80 y 100 dolares la noche por lo que tenernos ahí instalados a largo plazo seguramente no le sirva económicamente.
Con ese panorama nos encontramos la primer noche en Methven, lo tomamos de la mejor manera, cenamos con Emi y al día siguiente decidimos ya ir hacia la montaña. Para la enana era su primera vez con un snowboard así que le sacamos un paquete de 4 clases. Por mi parte ya había hecho antes por lo que por ahora decidí no tomar mas clases y seguir aprendiendo solo. El día que nos tocó fue espectacular, soleado, había nevado el día anterior por lo que la nieve estaba fresca y ya era lunes por lo que no había demasiada gente en el centro. La misma historia se repitió el martes y se podía ver como la enana le iba agarrando la mano rápidamente al snowboard. Muchas veces la gente va a esquiar por un día o dos, gasta platales porque los pases a la montaña por el día no son nada baratos, acá rondan los 90 dolares, alquilan ademas el equipo y seguramente todo el equipo e incluso algunos deciden no tomar clases porque es solo por un dia o dos y es lo peor que alguien podría hacer. Nadie sale andando en el primer día, pasas mas en el piso que sobre la tabla y si no tenes a alguien que sepa guiandote incluso te podes llegar a lastimar bastante feo.
Para el miércoles el tiempo estaba bastante feo y decidimos animarnos igual porque todavía ninguno de los dos estaba trabajando y nos largamos. Fue una buena decisión ya que las nubes estaban por debajo de la altura del centro de ski, por lo que nos pasamos esquiando con sol mientras en Methven pasaron con todo el día nublado y lloviznando. Acá ya la enana estaba aburrida de las clases porque eran bastante intensivas, unas 4 horas diarias y decidió ir conmigo nomas y fue el primer día que realmente ya pudo disfrutar y bajar las pistas sola. Al final del día incluso tenía que decirle que le afloje un poco a la velocidad porque todavía no lo controla del todo pero hay tramos que se larga con una confianza y a una velocidad tal que hasta a veces se me hace difícil alcanzarla. Es más, fue tanto lo que le agarro el gustito a este nuevo deporte que la chiquilina no deja el snowboard ni para ir al baño, cuando la gente normal deja los equipos en la puerta para hacer sus necesidades, la gurisita de Malvin se mandó expresa con tabla y todo para el baño.
El jueves descansamos (nos dolía absolutamente todo el cuerpo de los tres días intensivos de snowbpard) y el viernes fue el primer día de trabajo para la enana en el café. El lugar se llama Primo café y si lo vez de afuera lo ultimo que parece es un café, tiene mas pinta a un lugar de venta de antigüedades. Está tapizado de cosas y porquerías y todo lo que ves en el café, desde la silla en la que te sentas, hasta el salero, si queres te lo podes comprar. La dueña del café se llama Marya, una veterana bastante arrugada, con las paletas medias separadas y rubia por magia de las tintas para el pelo que está mas loca que una cabra. Loca mismo, de esas personas que se le revolean los ojos cuando te mira, es tremendo. Pero lo que tiene de loca lo tiene de buena, así que si la aprendes a llevar podes pasar bastante entretenido.
Resulta que Marya tiene 2 hijas mellizas de 22 años y un marido con el que vive en la misma casa pero en cuartos separados. Ambas hijas se están por ir a Europa de viaje por 2 años y por tanto el sábado hicieron una fiestita de despedida en su casa, donde vinieron sus amigas de distintas partes de Nueva Zelanda y a donde nos invitaron. Fue de los eventos sociales mas bizarros a los que asistimos hasta ahora. Las hijas de María por suerte no están locas como la madre o por lo menos lo disimulan bien, porque es difícil creer que con esa influencia de madre toda la vida no les haya hecho mella alguna, pero la verdad que las gurisas son muy bien. Pero la casa de Marya es como el restaurante pero versión casa. 7 millones de porquerías en toda la casa, pero ademas cosas que no tienen sentido como por ejemplo 3 ukeleles y 3 flautas en un rincón llenos de polvo, o el mismo poster pegado varias veces en la misma pared, y así lo que se te ocurra. Llegamos sobre la noche del sábado y ya todas las amigas estaban ahí, nos invitaron a tomar algo y picar unos salamines, quesos y otras cosas todo espectacular (lo que tiene de loca lo tiene de buena cocinera, así que la enana debe estar aprendiendo bastante en el café, o al menos eso espero). A poco de haber llegado empezaron los momentos raros, el padre se entona para decir unas palabras, se emociona y no le sale ni la mitad de las cosas, la mitad que si le salió no tenía sentido alguno, excepto alguna frase clásica de "las vamos a extrañar" o "el ciclo con ustedes ha llegado a su fin", un tanto dramático pero de lo mas coherente de lo que dijo el veterano. Al terminar el, tomó la posta María y en vez de decir unas palabras decidió cantar una canción a a capella que para ella era representativa para sus hijas. Al canto, para el cual es casi tan dotada como yo, que no me deberían dejar ni cantar en la ducha, le agregó unos pasos de baile sola y revoleando los ojos que hicieron del momento una joyita de este viaje. Después de eso nos invitaron a pasar a comer todos juntos. La casa era ENORME, pero nos amucharon a todos en un cuarto (obviamente lleno de cosas) alrededor de una mesa, que casi nos tenemos que poner en la falda para entrar todos alrededor de aquella mesa ovalada. La cena fue de lo mas divertida, entre el cuchicheo de las 10 amigas, mas las participaciones de María y las apariciones de su marido fue genial. Comimos espectacular, un strogonoff de carne y un risotto vegetariano con ensalada, arroz y pan calentito con manteca.
Al terminar todas las charlas y la cena, cuando nos levantamos rumbo al living nos encontramos con la mitad de las gurisas, todas con un instrumento musical haciendo ruido y agitando unos temas que estaban sonando en el parlante, saltando en los sillones y en ronda en el piso. Ni bien llegamos a la enana le pasaron una flauta para que se sumara pero nos daba un poco de cosa el relajo porque no sabíamos como iba a reaccionar Marya si aparecía ahí. Cuando apareció no solo no le molesto, sino que se sumó al baile, cazó un ukele como pandereta y le hacía gestos a Checha para que no dejara de tocar. No me aguante y tuve que grabar un videito de eso....
Al día siguiente se nos acababa la estadía en el hostel y habíamos conseguido varios datos de lugares para ir, y terminamos mudándonos a una casa a compartir alquiler con 3 ingleses. Ahora ya hace 3 o 4 días que compartimos convivencia y la verdad que son muy bien y super prolijos en el tema limpieza. La casa es bastante grande, cada uno tiene su cuarto, (el nuestro con baño en suite), estufa a leña, living y cocina amplia, etc. Así que el cambio fue solo para bien, nos sacamos a George de arriba y terminamos en un lugar mucho mejor por menos plata y todavía estamos a 5 cuadras del hostel para visitar a Emilio cuando queramos. El resto de los días en Methven han sido de lo mas tranquilos, la enana de a poco empezando a tener mas horas en el café, y yo por mi parte buscando trabajo y consiguiendo las cosas que nos hacían falta (sábanas, almohadas, etc) para asentarnos en este nuevo hogar por 2 meses mas.